EL ADIÓS.

 Partiste en tu velero una mañana

diciéndome: "Hasta luego, vida mía".
En tu bello semblante, la armonía
y una sonrisa cálida y lozana.

Tras un rato asomada a la ventana,
cuando el barquito ya no se veía,
extrañando tu grata compañía,
comencé mi tarea cotidiana.

Mas, de pronto, sentí un escalofrío,
un grito mudo, áspero y mortal,
y un lúgubre presagio, tan sombrío

que supe en mi interior que algo iba mal.
Jamás volvió a la playa aquel navío,
solo sus restos, tras el temporal.

MUERTE IMPÍA

 

Muerte impía, traidora me arrebatas

con un torvo desdén cuanto yo amo;

¿Por qué me hieres pero no me matas?

 

A la vida justicia le reclamo,

pero es sorda a mi ruego, y, sin remedio,

impotente me siento, y me derramo

 

en lágrimas. Por causa de tu asedio,

la fe en el porvenir ya la he perdido.

Solo hay oscuridad, marasmo y tedio.

 

De nuevo ganas, muerte, me has vencido

tornándome la vida baladí.

Me hubiera ido con él de haber podido;

solo queda que vengas a por mí.

El Titiritero

 

De un lado a otro vas, titiritero,

haciendo de tu hambre caso omiso;

siempre errante, buscando el paraíso,

aunque ni un euro caiga en tu sombrero.

 

No pides grandes cosas a la vida:

cuatro cartones secos, una manta

y el sol que en la mañana se levanta;

solo es eso tu tierra prometida.

 

Malvives con tus tristes marionetas

manejando los hilos que las mueven,

representas historias que conmueven

a aquellos que contemplan las crucetas;

 

envueltos en la magia del momento

que de ellas se desprende. Y los atrapa,

como lluvia benéfica que empapa

la razón, la emoción y el sentimiento.

 

Te das por satisfecho y bien pagado

y reanudas contento tu camino

sin pararte a pensar por qué el destino

se empecina en llamarte fracasado.


FUTURO IMPERFECTO

 


Un mal día dejé de conjugar
 el futuro perfecto. Se esfumó
de aquel libro gastado de gramática
que solía leer asiduamente.

Y me topé de frente con la fobia
que me causaba el modo imperativo.
Con el condicional me consolé,
intentando pensar: ¿ Y si tan solo

fuera una pesadilla?¿Si eso nunca
pasó? Me ilusioné con el acaso
que el subjuntivo, amable, me ofrecía

con rasgos irreales. No me queda
salida; aceptaré que mi vivir
es tan solo un gerundio: subsistiendo.


PARADOJA

 

Discuto con la vida cada día,

mas cada anochecer hago las paces,

y aun siguen pareciéndome fugaces

las horas desprovistas de alegría.

 

Si lo pensara bien no entendería

la razón de esta extraña paradoja;

la fatiga, el dolor y  la congoja

no menguan mis deseos de estar viva,

incluso cuando nada me motiva,

la existencia muy corta se me antoja.

 

TRIVIAL

 

Contaré, sin entrar en pormenores

que la rueca fatal me pinchó el dedo,

se borraron las letras de mi credo,

me adormecí en un mundo sin colores.

 

Aprendí a soportar los sinsabores.

caminando sin prisa y sin denuedo;

ahora voy por inercia, el paso quedo,

no tengo ya alegrías ni temores.

 

Ciega y muda recorro el laberinto

esquivando las sombras y los gozos,

llevada de la mano por mi instinto.

 

Evito las montañas y los pozos,

cada día es igual, pero distinto,

trivial,  sin sufrimientos ni alborozos. 

LA CARA MÁS CRUDA DEL DOLOR

 

La vida algunas veces te depara

sorpresas que jamás imaginaste,

un vuelco repentino que da al traste

con tu felicidad, y ves la cara

más cruda del dolor. Yo, que era avara

de dicha y de fortuna, comprendí

que mi mundo completo estaba en ti

y ninguna otra cosa deseaba

si, alegre, de tu mano caminaba;

con tu ausencia al infierno descendí.

EL DEBE Y EL HABER


 

La vida es un suspiro, de soslayo

la miro como pasa, y, a la vez,

del debe y el haber hago balance.

Es poco lo que tengo:

un maletín de sueños que está roto,

ninguno guarda ya.

Escaso es el recuento de ilusiones,

de contratiempos, llena la mochila.

Cuando agarro un puñado de esperanza

se pierde entre los huecos de mis dedos.

Así que en el haber poco me apunto,

solo me queda el debe, que es la vida.

ME IRÉ

 

 Ya sueño con mi partida

en un viaje sin retorno,

me iré sin causar trastorno

pues será como una huida.

Me olvidaré de la vida

con todo su sufrimiento,

su vacío padecimiento,

sus penurias, sus congojas,

sus eternas paradojas...

Me iré sin remordimiento.


CABALGANDO UNICORNIOS



Dejo vagar mi mente adormecida,
como una caracola que, en la arena,
mezclara su sonido con la pena
de no ser por las olas ya mecida.

No comprendo el sentido de esa vida
que arrugó sin piedad mi faz morena;
infeliz, sometida a su condena,
olvidada del mundo y consumida.

Enredada en mi propio desaliento,
desterrados los sueños imposibles,
musito mis plegarias en voz baja;

quisiera, galopando sobre el viento
a lomos de unicornios invisibles,
escapar del temor que me amortaja.





EL SUEÑO

Pintura de Francine Van Hove.


El sueño me venció mientras leía
y reposé en el libro mi cabeza…
En un lugar de onírica belleza
me encontraba, embargada de alegría.

Pletórica de empuje y osadía,
alejada de mí cualquier tristeza,
andaba levitando con presteza
hacia el lugar donde se pone el día.

Marchaba hacia su ocaso el sol rojizo,
yo me sentía feliz y de repente
una mano noté sobre mi hombro,

obnubilada aún por el asombro
quise aferrarme al aire inútilmente,
mas desperté y se rompió el hechizo.

¡Todo es tan quebradizo!
Si la felicidad es como un sueño
intenta retenerela con empeño.


LA CONGOJA




Oye el lamento agudo de la hoja

que cruje machacada por su paso;

van sus hombros cargados de fracaso

y su alma, saturada de congoja,

quiere encontrar un cielo que la acoja

y se interna en el bosque, enajenada,

por la senda que lleva hasta la nada,

donde hallará por fin paz y reposo,

maldiciendo al destino riguroso

y huyendo de su vida atormentada.



MELANCOLÍA (DÉCIMAS)


Sumergida en total melancolía
mira el reloj, la vida pasa lenta,
salir de ese letargo es lo que intenta,
mas en su corazón no hay alegría.
Por enésima vez muere otro día.
Recuerda cuando andaba de su brazo…
El libro se desmaya en su regazo,
y una flor palidece en el jarrón;
la lectura no atrae su atención,
el calor necesita de un abrazo.



HUYENDO HACIA EL PASADO



Hundida y sin delirios de esperanza,

errante va mi mente taciturna

tan lúgubre, tan gris y tan nocturna

que perdió todo atisbo de confianza.


La vida se me pasa en añoranza

con regusto salobre y algo amargo;

intentando evadirme del letargo,

rememoro las horas de bonanza.


Vivo hacia atrás, mi meta es el pasado,

locura de bogar contra corriente,

quiero real aquello que es soñado.


Pero una voz me grita: ¡Sé prudente,

no existe lo que el tiempo se ha llevado...

Vuelve al ahora, vuelve a tu presente!








EL POZO (OCTAVA REAL)




En el oscuro fondo de agua quieta

reflejaba mi faz el negro espejo;

la tristeza de un rostro que se agrieta

contemplé en la quietud de ese reflejo,

una vida baldía que vegeta

y una arruga que frunce el entrecejo.

Para borrar mi cara, antes de irme, 

un guijarro lancé con mano firme.

COMO LA PALOMA




Yo soy como esa paloma
que no puede alzar el vuelo,
aletea a ras de suelo,
trastabilla y se desploma.

En brazos ya no la toma
el viento, ¡qué desconsuelo!
Yo soy como esa paloma
que no puede alzar el vuelo.


Cuando la esperanza asoma,
poniendo todo su anhelo
intenta surcar el cielo
y volar sobre la loma.

Yo soy como esa paloma.

NIHILISMO



Crece cada vez más el precipicio

que se abre ante la puerta de mi casa:

el miedo es la razón del que fracasa,

conmigo no hace falta un maleficio.

Efejota



Un eterno hihilista, consumado

detractor de la vida sin sentido,

que avanza por la suya hacia el olvido

con la inercia feroz que lo ha asfixiado.


Peregrino en un mundo indiferente

donde los días solo suman horas,

solapándose ocasos con auroras,

y soledades aun entre la gente.


Mientras lo engulle, lenta, la rutina,

se pregunta el por qué y el para qué

y, a veces, mientras toma su café

en aquel bar de siempre, el de la esquina,

anhela que no exista el precipicio

y se haya conjurado el maleficio.





A LA DERIVA




Silba el viento en mi camino

y mi cuerpo zarandea,

voy perdiendo en la pelea


que entablé contra el destino.


Mi vida no la domino,


ausente y a la deriva


hoy me siento fugitiva


del pasado y del futuro;


alrededor está oscuro...


vivir ya no me motiva.​


INFALIBLE


Siento una gran destemplanza
cuando soluciones busco
no puedo pensar, me ofusco,
me abandona la confianza.
Aunque ponga en la balanza
todo lo malo y lo bueno
a la angustia me condeno;
no sé tomar decisiones,
me desbordan las razones,
me trastorno y me enajeno.

El terror me paraliza,
ni avanzo ni retrocedo,
petrificada me quedo
mientras mi mente analiza,
porque errar me atemoriza.
De manera indefectible
sufro una ansiedad terrible,
No me puedo decidir
y solo atino a decir:
¡Quisiera ser infalible!



COMBUSTIÓN



Como en una espontánea combustión

sentí el fuego saliendo de mi entraña

con una sensación violenta, extraña,

comprendí que me ardía el corazón

arrasado por la desilusión.

Se redujo a cenizas al momento

y al instante perdí el conocimiento
.
En el hueco del pecho un frío horrible,

puñalada asesina e invisible,

me liberó de todo sufrimiento.







CADENAS




Quiero volver a ser libre

olvidadas las cadenas;


mis argollas son las penas,


tan hondas, de tal calibre


que impiden que mi alma vibre


con las ilusiones de antes.

Angustiosas e inquietantes


son causa de mi zozobra,


mi razón no se recobra,


mis pasos son vacilantes...​



NOCHE EN EL JARDÍN (Crepuscular)




La aromática noche en el jardín

me ha embriagado de gozo y esperanza,

en el cielo un lucero danzarín,



en el alma ninguna destemplanza,

alegre por saber que estás conmigo

y que en ti me abandono con confianza.



Contemplo las estrellas y aquí sigo

cogida de tu mano, a tu costado,

eres mi salvaguardia, buen amigo,

nunca me iré, te quiero demasiado.



DE ROSAS Y ESPINAS



Aquella tarde radiante
me hallaba cortando rosas,
las más lozanas y hermosas,
las de color más brillante.
Pero después de un instante
la alegría se hizo llanto
pues comprobé con espanto
que un gran dolor me embargaba
ya que la rosa pinchaba
¡Qué pena y qué desencanto!

Miré la sangre en el suelo
con mis lágrimas mezclada;
vi que se pasaba en nada
del júbilo al desconsuelo.
Alcé mis ojos al cielo,
nublados por la humedad,
y pedí por caridad
que en mi efímera existencia,
ante una mala experiencia
sepa hallar serenidad.


LLANTO



El rostro el llanto me moja,
languidezco sin remedio
pues sucumbí ante el asedio
de la pena y la congoja.
Esta vida se me antoja
tan vacía y sin sentido
que todo lo que he vivido
y lo que de ella me resta
es una condena impuesta:
¿para sufrir he nacido?

Nada me colma ni llena,
en nada consuelo encuentro
y cuando miro hacia adentro
tan solo vislumbro pena.
¡Virgen de la Macarena,
escucha tú mi plegaria!
Dame la fe necesaria,
borra de mí el desaliento,
que es muy triste el sufrimiento
de esta vida solitaria.



HACIA LA LUZ



Saltando del abismo al alto cielo,
emergiendo con ímpetu bizarro,
lejos del pegajoso y sucio barro
salgo de este anodino desconsuelo.

A raudales absorbo el aire puro
liberándome así de la tristeza ;
y sin el lastre adquiero fortaleza
para elevarme lejos de lo oscuro.

Hacia la luz asciendo jubilosa
desprendida de todos mis instintos;
revestida de fuerza poderosa.

Abandono los turbios laberintos
de la vida nefasta y engañosa
en busca de seráficos recintos.

MI NOCHE



Mi noche es el insomnio, si el loco viento azota,
si la mente traviesa cabalga desbocada
si imagino penuria, aunque sea muy remota,
me consume la angustia y no me calma nada.

Y quiero que amanezca y el suplicio concluya,
que la luz me devuelva la cordura perdida,
que la desesperanza, despavorida, huya
cuando el sol me demuestre que estaba confundida.

La negra noche acuna locuras transitorias
hace surgir el miedo, desata mis temores,
me sumerge en el caos, genera desazón.

Pero el día deshace las penas ilusorias
trayéndome alegría, barriendo los horrores,
recobrando la dicha mi pobre corazón.





PUÑALADA VERBAL (SONETO ISABELINO)


Te atravesé, brutal, con mi cuchillo
forjado en tus falacias y vilezas
bruñido con afrentas y bajezas
y no dudé al hacerlo, fue sencillo.

Afilé sin pudor mi lengua aguda,
preparé mi discurso con esmero,
sin piedad, mi alegato fue sincero
en tu cara escupí la verdad cruda.

Mudo por la sorpresa sucumbiste
batido fuiste por el arma incruenta
maté tu orgullo de forma violenta,
vulnerable al ataque, feneciste.

Me vacié de mis odios y rencores
e ingrávida, olvidé viejos temores.




CAMINANDO DESCALZA.


Caminando descalza por la arena
mientras el mar me lame y me acaricia,
quiero expresar en verso esta delicia
diciendo al mundo que me siento plena.

Contemplando las luces de la tarde,
los mares de los cielos son espejos;
gozo de los colores y reflejos
de esa bola de fuego que siempre arde.


El murmullo del agua me acompaña,
con su voz melodiosa y repetida
y el sol con su calor me reconforta.


Me veo envuelta en una paz extraña,
de armonía y de calma abastecida
y ajena a cualquier cosa, sigo absorta.

Es la vida tan corta
que debemos anclar estos momentos
y al disfrute que surja, estar atentos.





VOLANDO LIBRE

Con mis plumas erizadas
vuelo como una paloma,
planeo sobre la loma
y bajo por las cañadas.

En ave me he convertido
con alas que sobrevuelan
las rejas que me encarcelan
y entorpecen mi latido.

El firmamento es mi mundo;
y los cielos los alcanzo
cuando por el aire danzo
y con la brisa me fundo.

Soy un espíritu libre
que es feliz a su manera
desdeño ser prisionera,
pues quiero que mi alma vibre...



LA ACUARELA.


Mientras asgo el pincel con mano firme,
el papel esperando ya en la mesa,
aletea en el aire la promesa
de que el Gozo sus puertas piensa abrirme.

El arco iris anida en mi paleta,
la hoja tensada ofrece su blancura,
culpable soy, ¡mancillo tanta albura..!
¿Lo haré bien? No lo sé, y eso me inquieta.

Quiero pintar los ríos, los alcores…
en un boceto trémulo que avanza,
pongo mi corazón y mi esperanza
en plasmar los reflejos y colores.


La fe en lograrlo, briosa me mantiene,

trabajo  sin sentir, las horas vuelan
mientras luces y sombras se revelan
fluyendo estoy, la vida se detiene.

MI PLUMA



Buscando cualquier cosa en los cajones
abrí un estuche que yacía olvidado,
ni recordaba lo que allí guardado
dejé hace tiempo por obvias razones.

Destapé la cajita con cuidado
sintiéndome feliz con mi tesoro:
descansaba en sarcófago dorado
mi bella pluma de plumín de oro.

Deslicé por su elegante lomo
una caricia tierna, enamorada
y le pedí perdón por relegarla
olvidando que fue mi fiel aliada.

Hoy el frío teclado sustituye
la línea de su trazo equilibrado;
ya su sangre que era azul, no fluye
y creo que la tristeza la ha secado.

Qué mal pago te di, mi fiel amiga
hoy la tecnología va por delante,
¿No servirá de nada que te diga
que tú eres para mí algo importante?